Quizá el amor y la aceptación es lo único que nos queda para luchar contra la impotencia y el aislamiento, esos que tenemos ocultados bajo nuestra conciencia y que nos hacen quedarnos inmóviles y de piedra cuando pensamos en todo lo que es y nos hace inseguros.
Debajo de nuestra rutina diaria, sus actividades y nuestros planes se oculta todo lo que nos aterra. Allí está escondido y bien tapado por la seguridad que nos da tener todo programado y buscar aprobación en nuestras relaciones íntimas y sociales o cualquier forma de distracción.
Allí es donde, probablemente, se encuentre el miedo a la libertad.
El miedo a nuestra verdadera libertad.
Sabía que nosotros significábamos poco en comparación con el universo, sabía que no éramos nada; pero el hecho de ser nada de una manera tan inconmensurable me parece; en cierto sentido, abrumador y a la vez alentador. Aquellos números, aquellas dimensiones más allá del alcance del pensamiento humano nos subyugan por completo, ¿Existe algo, sea lo que fuere, a lo que podamos aferrarnos? En medio de este caos de ilusiones en el que estamos sumergidos de cabeza, hay una sola cosa que se erige verdadera: el amor. Todo el resto es la nada, un espacio vacío. Nos asomamos al inmenso abismo negro. Y tenemos miedo.
Julian Green, Personal Record, 1928-39, traducción inglesa de J. Godefroi, Nueva York, Harper & Brothers, 1939
Piénsalo, ¿Qué es aquello que no te deja ser libre de verdad?
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