martes, 23 de abril de 2013

A propósito de los monstruos...




La casa de huéspedes


Esto de ser un ser humano
es como administrar una casa de huéspedes.

Cada día una nueva visita, una alegría, una tristeza,
una decepción, una maldad,
alguna felicidad momentánea
que llega como un visitante inesperado.


Dales la bienvenida y acógelos a todos ellos,
incluso si son un grupo penoso
que desvalija completamente tu casa.

Trata a cada huésped honorablemente pues
podría estar haciendo espacio para una nueva delicia.

El pensamiento oscuro, lo vergonzante, lo malvado,
recíbelos en tu puerta sonriendo e invítalos a entrar.

Agradece a todos los que vengan
pues se puede decir de ellos que han sido enviados
como guías del más allá.

Rumi (Poeta sufí).







Mis monstruos



Mis monstruos tienen formas y tamaños distintos.
Con los años he aprendido a tratarlos.
Lo hago desprendiéndome de ellos.


Primero suelto mi deseo de suprimirlos.
Cuando llegan, los saludo.
Les dejo ser.


Luego suelto el impulso de vilipendiarlos.
Intento entenderlos.


Los veo como son.
Meras creaciones de mi cuerpo y mi mente.
Bromeo un poco con ellos.
Me río con ellos.
Me río de ellos.
Los dejos jugar.


Luego suelto mi deseo de alimentarlos.
Que jueguen aquí cuanto quieran.
Pero yo no los alimento.
Son libres de quedarse, pero hambrientos.
Sigo dejándoles ser.
Entonces les entra hambre de verdad.
Y a veces se marchan.


Finalmente suelto el deseo de conservarlos.
Son libres de irse si lo desean.
Los dejo ir.
Soy libre.
De momento.


No los someto.
No me someten.
Y vivimos juntos.
En armonía.





Chade-Meng Tan

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